La ansiedad es una respuesta natural ante situaciones que son percibidas como amenazantes, estresantes o potencialmente peligrosas.
Su función es activar el sistema nervioso simpático para preparar al cuerpo para la lucha y huida y, así, ponernos a salvo. De ahí que los síntomas más comunes sean el aumento de la tasa cardiaca, la respiración, la hiperactivación y la atención constante a la amenaza identificada y la falta de sueño.
Lo que a lo largo de la evolución ha sido un sistema eficaz para defendernos, deja de serlo en el momento en que las amenazas actuales tienen más forma de problemas interpersonales, crisis vitales y problemas laborales más que de leones y amenazas en la selva.
Esto hace que en la actualidad la persona vea una respuesta desproporcionada y persistente que le aleja de poder enfocar el problema y le genera niebla mental.
Estos cambios evolutivos también han hecho que la propia respuesta habitual cambie de forma; dándose también casos con mareos, tics en los ojos, visión borrosa, mayor uso de las redes sociales, desconexión, etc.
Lo importante es poder identificar esos síntomas como una señal de necesidad de acción ante uno o varios problemas. Así, la terapia psicológica es eficaz para poder conocer cuál es la respuesta única y personal de cada individuo ante el malestar y conocer qué herramientas necesita para hacerle frente. A veces, identificar la necesidad de ayuda y pedirla es el primer paso hacia la mejoría.
Aunque a veces los síntomas ansiosos sean lo que más atención acaparan, es crucial entender a qué responden, qué función están tomando.
A nivel físico, entendemos que la fiebre, por ejemplo, es un indicador de que algo en el cuerpo no va bien y el sistema inmunitario está respondiendo. El síntoma nos permite tomar conciencia del problema y buscar ayuda o soluciones. Del mismo modo, a nivel psicológico la ansiedad, paradójicamente, nos prepara para lo mismo.
Si crees estar pasando por algo parecido buscar ayuda profesional. Entender la ansiedad y la manera de expresarse es importante para poder abordar un tratamiento adecuado.
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