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Foto del escritorAlazne Díez

¿De qué formas diferentes nos puede afectar la ansiedad?

Experimentar ansiedad de forma ocasional no es necesariamente algo negativo. Nos indica que le damos valor a aquello que nos produce esa sensación, nos prepara para actuar y nos permite explorar diferentes opciones para solventar aquello en lo que andamos inmersos.

Sin embargo, cuando estas sensaciones se producen continuamente, sin motivo aparente, y comienza a interferir notablemente en el funcionamiento diario, es cuando debemos comenzar a analizar qué está ocurriendo.

¿Cómo nos afectan los problemas de ansiedad?

De manera general, con desajustes de ansiedad podemos notar dificultes a nivel personal, laboral, familiar y/o social. Un 7,6% de personas en España reportan ansiedad crónica. Dentro de las franjas de edad un 8,75% corresponde a personas de entre 45 y 54 años y un 10,51% a individuos entre 55 y 64 años.

Estos sentimientos son desproporcionados al peligro real y, lejos de ayudarnos a reaccionar, generalmente paralizan y dificultan la ejecución.

Es posible que, para evitar esa sensación desagradable e incontrolable, la persona comience a evitar situaciones, encuentros o se aísle en cierta forma. A su vez, el perfeccionismo y las exigencias poco realistas contribuyen a la aparición y mantenimiento de la ansiedad. Además, el espectro de lo que generalmente llamamos ansiedad es muy amplio.

¿Qué formas adoptan los problemas de ansiedad?

La ansiedad puede ser generalizada (sin estímulo o causa aparente), a situaciones sociales, a la separación, o adoptar la forma de fobias específicas y agorafobia, o mediante el trastorno de pánico, o debido a una sustancia o una enfermedad, etc.

Asimismo, la ansiedad puede comenzar a raíz o consecuencia de otra enfermedad o darse conjuntamente a otras patologías, como la depresión, por ejemplo. Las personas que tienen alguna enfermedad orgánicas (reconocida o no) también pueden estar experimentando ansiedad por la interferencia que producido o como síntoma propio de la enfermedad; tal y como ocurre por ejemplo en los procesos oncológicos.

¿Qué se puede hacer?

Indagar sobre qué cuestiones pueden estar ocasionando esta respuesta nos ayudará a enfocar el tratamiento más adecuado.


Aunque a veces la ansiedad es desbordante y requiere de tratamientos farmacológicos complementarios, no conviene tomar medicación sin estar actuando en la raíz del problema, pues caemos en el riesgo de crear dependencia a la mediación sin crear estrategias propias que puedan ayudar a combatirlo. Además, la terapia psicológica nos ayuda a prepararnos para las situaciones ansiógenas, de manera que nos ayuda a consolidar estrategias y herramientas que nos ayuda a reducirla o a eliminarla.

¿Cómo reconocer la existencia de un problema de ansiedad?

Como ya hemos comentado, existen varios subtipos dentro de la ansiedad, aunque algunas manifestaciones sintomatológicas pueden ser comunes. Así, las características principales que pueden ayudarnos a reconocerlo son las siguientes:

  • Sensación de debilidad o cansancio

  • Sensación de peligro o de pérdida de control de la situación

  • Sudoración, ritmo cardiaco acelerado

  • Problemas de sueño

  • Molestias gastrointestinales

  • Dolores de cabeza persistentes o jaquecas

  • Evitación de situaciones que generan ansiedad

  • Preocupaciones recurrentes que interfieren en el funcionamiento diario y son difíciles de evitar

  • Otros

La actual situación sanitaria ha elevado considerablemente los niveles de ansiedad en la población. Estudios recientes indican que uno de cada cinco (19.6%) personas residentes en el Estado Español presenta síntomas clínicamente significativos de ansiedad, siendo la sintomatología más prevalente en mujeres (26,8%). Sorprendentemente, los grupos de edad con mayores niveles de ansiedad corresponden a población joven entre 18 y 24 años. A su vez, los investigadores/as han concluido que aquellas personas con problemas psicológicos duplican la probabilidad de experimentar ansiedad.

Por esto, si observas alguno de estos síntomas, ya sean producidos por la pandemia o por otros factores, es importante que podamos contar con ayuda profesional.


Referencias bibliográficas:

  • Maté, J., Hollenstein, M. F., & Gil, F. (2004). Insomnio, ansiedad y depresión en el paciente oncológico. Psicooncología, 1(2-3), 211-30.

  • Valiente, C., Vázquez, C., Peinado, V., Contreras, A., Trucharte, A., Bentall, R., & Martínez, A. (2020). VIDA-COVID-19. Estudio nacional representativo de las respuestas de los ciudadanos de España ante la crisis de Covid-19: respuestas psicológicas. Resultados preliminares. Síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático ante el COVID-19: prevalencia y predictores (Informe técnico 2.0. 02/05/2020). Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Sheffield.

  • Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (2018). Encuesta nacional de salud. España 2017


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